Susana Ruiz y su reto con la diabetes

de ruta con Barchilon

Susana Ruiz Mostazo es constancia y superación, todo en uno. Tiene diabetes desde los 11 años, pero su pensamiento positivo y su actitud constructiva han sido siempre sus aliados sobre todo en la montaña.

Prueba de ello es su trayectoria por todo el mundo: desde Nepal, Groenlandia, el Kilimanjaro y su último reto en agosto de 2016, el monte Elbrús, el techo de Europa.

Susana con miembros del equipo.

¿Cómo te iniciaste en el trekking?
Todo empezó ascendiendo el monte en frente de mi casa, Malmasin, una colina de casi 300 metros de desnivel, desde allí vi el mar y todas las cimas del país vasco. Después, un viaje a Ordesa terminó de enamorarme de la montaña.

¿La diabetes ha frenado tus retos?
Todo lo contrario, es una motivación para ponerme retos, objetivos e ir a por ellos. Todas las personas con diabetes nos enfrentamos a retos diarios: cuánta insulina debemos ponernos según los hidratos, el ejercicio, etc. Tenemos una fuerza importante y tenemos que aprovechar esta madurez para otros objetivos, para perseguir nuestros sueños.

En el Elbrús no llegué a la cima por tomar una decisión acertada. La diabetes no debe frenarnos para perseguir nuestros sueños, para luchar por ellos, pero tampoco nos debemos cegar con el objetivo y dejar de ser conscientes de que la diabetes viaja con nosotros en la mochila. Sólo nos gana cuando dejamos de ser conscientes de ello y actuamos como si no la tuviésemos. Entonces es cuando corremos el riesgo de no poder volver a intentar una cima, una carrera o cualquier otro sueño, esto es importante.

Elbrús es una montaña de 5.642 metros de altitud, el techo de Europa.

¿Qué dificultades tiene Elbrús?
Es una montaña de 5.642 metros de altitud, el techo de Europa, y la altitud es una dificultad importante. También el hecho de que está continuamente nevada, con lo que aunque la ascensión no es muy técnica si se precisan conocimientos de crampones y piolets. Además, hay que tener en cuenta el nivel acumulado del último día y la distancia, hablamos de 2.000 metros de desnivel y 18 km entre la subida y la bajada. Elbrús tiene fama de ser una montaña muy fría y tener una variabilidad climatológica importante. A mis compañeros de expedición cerca de la cima les pillo una ventisca…

Llegamos a los 4.800 metros altitud, Piedras de Pastukof, pero la noche de la ascensión tuve que tomar la decisión de no subir por mis glucemias y cuerpos cetónicos. Me gustaría volver e intentarlo por otra cara, quizás la cara norte. Todo se verá.

Los componentes del equipo en plena ascensión.

Según pasan los días, estoy cada vez más convencida que fue el cambio de tratamiento a principios de junio (cambio de insulina) y mi inexperiencia con ésta. Yo tenía unos patrones ya fijos para actuar con la insulina que llevaba desde hacía muchos años y al cambiar el tratamiento no he sabido adaptarme a ella y mi cuerpo tampoco.

Ahora estoy reaprendiendo. Durante varios días estuve con cifras muy altas, llegando a los 500 de glucosa en sangre. La noche antes de la ascensión más de 360… Me costó mucho controlarla y tuve acetona. Desde que he vuelto he descargado los datos en la APP de Menadiab y los datos de mi medidor continuo Dexcom para estudiar con mi endocrino las gráficas y poder sacar conclusiones y aprender.

También he vuelto a los entrenamientos y estoy consiguiendo mejores glucemias empezando desde 0, reaprendiendo, ajustando dosis e hidratos. Es cierto que en esta ocasión tenía una tranquilidad al contar con un seguro especial para personas con diabetes. No lo necesité pero estaba más tranquila al contar con ello.

“Cada día era diferente y cada segundo del día tenía una dosis de aventura”.

¿Cuál ha sido tu experiencia en este monte del Cáucaso?
Fantástica, una aventura para recordar siempre. Las montañas del Cáucaso son impresionantes, el valle de Iri Chat tiene cimas de 3.000 y 4.000 metros, glaciares, vistas del Elbrús…

Y la propia montaña es un sueño. La cara sur nos ha sorprendido porque esta poco cuidada, vimos restos de metal a lo largo de la ascensión, pero aun así la grandeza de esta montaña no se ve afectada.

Hemos vivido historias muy chulas, como la cena con los pastores del Cáucaso y el desayuno con ellos, la experiencia de dormir en el mítico refugio de Barrels, los recorridos por el valle de Iri Chat. Cada día era diferente y cada segundo del día tenía una dosis de aventura.

¿Qué recomendarías a las personas con diabetes?
Perseguir sus sueños, que la diabetes sea una motivación para conocerse mejor, tener un buen control y poder intentar y perseguir todo lo que desean disfrutando del camino.

¿Qué metas te planteas para el futuro?
Para el 2017 hemos planteado tres opciones: una en Asia, otra en África y una tercera en una península ártica. Pero sobre todo la meta es seguir disfrutando con lo que hago, tanto de las aventuras como de las charlas y de los propios entrenamientos, del camino.