CAPÍTULO TRES: DEBUT DE HEMO
Ya tenemos aquí el tercer capítulo de las historias de Hemoglobina y Glicosilada, escrito por Susana Ruiz. Hoy conoceremos cómo fue el debut de Hemo y un club de montaña muy especial.
Desde Barchilon Correduría de Seguros cuidamos de las PERSONAS CON DIABETES y trabajamos para divulgar e informar sobre la Diabetes de una forma atractiva y entretenida. Creemos que estas historias serán una herramienta genial para ampliar este mensaje. Estad atentos a nuestro blog porque cada mes compartiremos un nuevo capítulo.
Broto, es un pueblo escondido en los Pirineos, cerca del maravilloso Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Glico y Hemo siempre se habían sentido privilegiadas por vivir en un entorno tan maravilloso como este y desde luego desde bien pequeñas les habían enseñado a respetar y disfrutar del entorno natural en el que vivían.
Muchos niños y niñas del pueblo contaban con una gran afición por recorrer senderos y subir montañas y todos ellos formaban parte del club de montaña infantil de la región, Mendi Broto.
Los fundadores del club eran jóvenes del valle, pero desde siempre les había gustado esta palabra en euskera que significaba monte. Se lo habían enseñado sus amigos vascos que veraneaban en el valle durante la época estival. Por ese motivo habían decidido que el club pasaría a llamarse de esta forma.
Este club lo habían formado varios jóvenes de la zona, que tras un periodo de formación académica relacionada con el deporte y la actividad física al aire libre habían tomado la decisión de proporcionar al valle la oportunidad de crear un lugar donde los niños y niñas aprendiesen desde bien pequeños a manejarse con su entorno, y sobre todo a amarlo y respetarlo como lo habían hecho ellos.
Con este objetivo formaron este particular club de montaña para menores de edad, donde aprendiesen desde los primeros años de su vida, los principios de seguridad en montaña, interpretar los signos y señales de alarma y de cómo actuar ante ellos. Todo ello con una gran inyección de ilusión y motivación, enseñándoles desde pequeños a observar la naturaleza con gran respeto y cariño. Adentrándoles en este mundo poco a poco, aprendiendo en cada paso y superándose con cada esfuerzo.
Glico pertenecía a este club desde antes de su debut y sintió un gran alivio con la respuesta que tuvieron tanto los monitores como sus compañeros de aventuras tras su debut, apoyándola en todo momento y sin hacerla sentir diferente.
Hemo, no siempre había vivido en el Pirineo, de hecho, había coincido su debut en diabetes y el traslado de sus padres a este precioso rincón. Se habían mudado a Broto de Zaragoza, ya que hartos de vivir en una ciudad y deseosos de una vida más pausada decidieron trasladarse a los Pirineos donde la abuela de Hemo tenía una casa y montar allí un alojamiento rural. Había sido un gran cambio en la vida de la familia, pero con el tiempo se alegraron de aquella decisión. Los habitantes del valle les habían ayudado a integrase a la perfección. Fue a los meses de estar viviendo en Broto cuando Hemo debutó en diabetes. Una fría noche de invierno Hemo y sus padres, tuvieron que atravesar el puerto de Cotefablo para llegar al hospital de Jaca donde, tras ser atendida por los médicos, sería diagnosticada de Diabetes Tipo 1. En aquel hospital permanecería ingresada durante varias semanas. Después de aquellos días eternos, de enormes cambios y miedos, Hemo volvió a Broto para continuar su vida con una nueva compañera de viaje, la Diabetes. Sus padres se dejaron aconsejar por el médico de familia del ambulatorio, quien les aconsejo enviar a Hemo a un campamento que organizada la Asociación de PERSONAS CON DIABETES de Aragón todos los años. Además, gracias a la colaboración que el club de montaña infantil, Mendi Broto, mantenía con diversas asociaciones de niños y niñas con enfermedades crónicas, el campamento se celebraría cerca de Broto. Precisamente en el Refugio de Bujaruelo.