CAPÍTULO 10 HEMO Y GLICO, SE ACERCA EL MES DE NOVIEMBRE
Ya tenemos aquí el nuevo capítulo de las historias de Hemoglobina y Glicosilada, escrito por Susana Ruiz.
Desde Barchilon Correduría de Seguros cuidamos de las PERSONAS CON DIABETES y trabajamos para divulgar e informar sobre la Diabetes de una forma atractiva y entretenida. Creemos que estas historias serán una herramienta genial para ampliar este mensaje.
Tras aquella aventura en el Valle de Otal, Hemo, Glico y Gluti se hicieron muy buenos amigos.
Se lo habían pasado en grande aquel fin de semana. Juntos habían compartido algo muy especial, pasar una noche bajo la luz de las estrellas del Pirineo.
Recuerdan que durante la noche tuvieron algún que otro susto, al escuchar ruidos extraños, desconocidos, que no eran más que los sonidos de la naturaleza.
Los animales nocturnos, que despertaban por la noche, el ruido de las hojas de los árboles mecidas por el suave viento… Hemo y Gluti, para los que aquella había sido su primera noche la vivieron como una auténtica aventura, emocionante.
Al despertar, observaron como sus sacos de dormir estaban totalmente húmedos por el rocío de la mañana. Para cuando los tres amigos abrieron los ojos, Miguel estaba ya preparando el desayuno. Justo al lado de la cascada, con un hornillo, había puesto a calentar leche.
Además, había sacado de su mochila unas tarteras con fruta y frutos secos. También un poco de queso. Gluti no tuvo ningún problema con aquel desayuno, ninguno de los productos tenía gluten.
Poco a poco todos fueron despertando y acercándose en torno al hornillo para desayunar. El frío de la mañana era algo más intenso que el de la noche y además el cielo estaba totalmente cubierto por unas nubes un tanto amenazantes.
Por eso, Miguel instó a sus compañeros de aventura a recoger todo rápido para iniciar lo antes posible el camino de vuelta al Refugio de Bujaruelo. Una vez estuvieran allí, decidirían si continuar el camino o quedarse unas horas esperando la evolución de las nubes.
Las cuatro mochilas a cuestas iniciaron el camino de vuelta, acelerando el paso tal y como les había indicado Miguel. En poco menos de una hora y media habían alcanzado el refugio de Bujaruelo. Allí, se reencontraron con el tío de Gluti, Juan quien salió a recibirles con una sonrisa.
No hizo falta preguntar a su sobrino por la experiencia porque algo insólito en él, fue corriendo a contarle lo bien que se lo había pasado. -Como me alegro campeón – Contesto Juan, sacudiendo el pelo de su sobrino al que escuchaba totalmente emocionado por la experiencia vivida. Luego se dirigió a sus tres amigos y les lanzo un guiño como agradecimiento por haber hecho pasar una noche inolvidable para Gluti.
Después, decidieron aprovechar que Juan bajaba a Broto en la furgoneta para continuar hasta Jaca, donde vivía Gluti. Las nubes seguían amenazando lluvia.
Una vez llegaron a Broto se despidieron de Juan y Gluti no sin antes intercambiarse teléfonos y prometer repetir la experiencia.
Después, Glico y Hemo decidieron ir a casa a tomar una ducha, saludar a sus padres y quedar por la tarde para preparar el 14 de noviembre, el Día Mundial de las Personas con Diabetes.
Ese año querían hacer algo especial y una vez más habían conseguido el apoyo incondicional de su grupo de montaña Mendi Broto, quien les ayudaría para organizar alguna salida con un evento final para concienciar e informar sobre la diabetes a los habitantes del Valle.
Esa misma tarde, Miguel, Gluti y Hemo, volvieron a quedar hacia las 18 de la tarde en la sede del grupo de montaña. Allí se encontraron junto con otros miembros del club de montaña y con la médico de cabecera del pueblo, Lucia Blanco, quien siempre se apuntaba a este tipo de actividades y ayudaba a gestionar el tema médico.
Para aquel año, querían invitar a todo el que quisiera a llevar a cabo la subida a Ordesa. Pero el debate estaba abierto. Había dudas de hasta dónde llegar. Quizá, para que fuera mas accesible a todo el mundo, incluido padres con niños y niñas pequeños, podían plantear llegar sólo hasta la primera cascada. Otros opinaban que podían dar las dos opciones, un grupo llegar hasta la Cola de Caballo y otros sólo hasta la primera cascada. Esto requería mas guías para acompañar a ambos grupos y más logística… Pero quizá era la opción mas atrayente para todo tipo de públicos.
Luego, hablaron con el ayuntamiento de Broto para que les cediese una sala donde proporcionar información a todo el que quisiera sobre la diabetes, hacer pruebas de glucosa y concienciar sobre la importancia de cuidarse y llevar cabo una alimentación sana y equilibrada.
Hemo y Glico, se encargaban desde hacía dos años de llevar este tipo de actividades para los pueblos del valle a quienes proporcionaban información y orientación sobre la diabetes.
Además, lo hacían de una forma lúdica y divertida para los más pequeños, con actividades de senderismo aprovechando Ordesa y las maravillas que les rodeaban. Tenían la suerte de contar con el apoyo de su club de montaña que las ayudaba a organizar y gestionar todo el tema de permisos etc. Ellas al fin y al acabo eran menores y necesitaban que los adultos las echaran un cable.
Aquel año, querían que el evento tuviera más repercusión y en la mente de Glico se empezaba a maquinar alguna idea…
¿Queréis descubrir que era? Será en el próximo capítulo