Descubre la relación entre la insulina y el ejercicio físico
Autor: Jose Carlos Montemayor – Enfermero especialista en PERSONAS CON DIABETES
La práctica de ejercicio físico, como bien sabemos, activa el metabolismo. Pero ¿cómo influye esto en los niveles de glucosa e insulina? Es importante entender los cambios que se producen en nuestro organismo cuando realizamos actividad física.
La fuente principal de energía para la contracción muscular es el glucógeno, que es una de las formas de almacenamiento de la glucosa. Gran parte del glucógeno está repartido por toda la musculatura del organismo y otra pequeña parte está localizada en el hígado.
El tipo de combustible para la actividad muscular depende de diversos factores como la intensidad y la duración del ejercicio. Por ejemplo, en ejercicios suaves de baja intensidad, el músculo utiliza mayormente grasas como sustrato energético. Si incrementamos la intensidad, se necesitará más proporción de glucosa como fuente principal de energía.
Según la duración del ejercicio, en los primeros 30-60 minutos de actividad, el músculo consume la glucosa que está almacenada en sus depósitos. Cuando estos depósitos empiezan a vaciarse se obtiene la energía a partir de la glucosa plasmática (que se encuentra en la sangre). En este momento comienza otro proceso de producción de glucosa en el hígado a partir de otras moléculas como el glicerol, el ácido láctico y algunos aminoácidos (componentes de las proteínas).
A nivel hormonal, hay que tener en cuenta los niveles de insulina. Tanto un nivel alto como bajo de insulina puede provocar desajustes de la glucosa en sangre que pueden llegar a ser muy perjudiciales. En una persona no sin diabetes, la práctica de ejercicio físico provoca la detención de producción de insulina en el páncreas. Esta reducción de los niveles de insulina no afecta a la captación de glucosa en las células, dado que el ejercicio favorece el paso de glucosa desde la sangre al músculo sin necesidad de insulina. Por otro lado, esta disminución permite la producción de glucosa en el hígado. Por lo tanto, es un factor muy importante tener un nivel de insulina óptimo en sangre en el momento que se realiza el ejercicio.
Realizar actividad física en situaciones de déficit importante de insulina puede producir una hiperglucemia con cetosis (una complicación grave). Esto es debido al incremento de la producción hepática de glucosa. Por otro lado, un exceso de insulina, a parte de disminuir los niveles de glucosa en sangre, bloquearía la producción hepática de ésta provocando hipoglucemias graves.
Es importante tener en cuenta, si presentas diabetes tipo 1 o tipo 2 insulinodependiente, que antes de realizar ejercicio físico, te realices un control de glicemia y te ajustes las dosis de insulina, que generalmente debería ser inferior a la dosis habitual, para prevenir una posible descompensación.
Para una persona sin diabetes o con diabetes tipo 2 no insulinodependiente, realizar actividad física, es una forma de reducir los niveles de glucosa y mejorar la resistencia a la insulina.